Los EPIs (Equipos de Protección Individual) constituyen un componente indispensable para garantizar la seguridad del trabajador. La ley establece en dicho sentido que, todas las empresas deben contar con estas protecciones, independientemente del tipo de organización o el factor de riesgo al que esté comprometido el trabajador.
En esta entrada de blog nos ceñiremos a destacar cuáles son precisamente estas protecciones además de los principales tipos de EPIs que podemos utilizar.
¿Qué hay que saber sobre los EPIs?
Las empresas, por ley están obligadas a proveer a sus trabajadores de EPIs, además de considerar el total de las protecciones colectivas. Según el Real Decreto 773/97 la definición de los Equipos de Protección Individual es la siguiente:
“Todo equipo propuesto a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan poner en peligro su seguridad o salud en su puesto laboral, además de cualquier otro accesorio o complemento designado a dicho fin.”
Es fundamental considerar un aspecto esencial en la seguridad de nuestros empleados y acerca de los EPIs: La protección colectiva siempre es más importante que la individual.
Otro aspecto importante en relación con los EPIs es la forma de utilizarlos. Esto significa que los EPIs, aun protegiendo a los usuarios de determinados peligros, deben ser utilizados racionalmente y no pueden ser usados a la ligera sin tomar las correspondientes precauciones en su utilización, así como revisarlos y mantenerlos en buen estado.
¿Qué tipos de EPIS existen?
Los EPIs tienen una clasificación dependiente del riesgo al que deben enfrentarse para la protección del usuario. Según esto podemos clasificar los equipos de protección en tres categorías:
– Categoría 1: Riesgos Menores. Estos tipos de EPIs son por ejemplo los guantes, delantales, gorros, calzado ligero, gafas de sol…. La finalidad de estos EPIs es proteger al usuario de agresiones con efectos superficiales, productos poco nocivos, manipulación de piezas calientes inferiores a temperaturas de 50º, radiación solar….
– Categoría 2: Riesgos Intermedios. Simplificando, pertenecen a esta categoría los que no se incluyen en la 1 y la 3. Como pueden ser por ejemplo algunos tipos de calzados de seguridad.
– Categoría 3: Riesgos graves. Su finalidad es proteger de un peligro mortal o que pueda dañar gravemente la salud del usuario. Como por ejemplo las protecciones respiratorias ante agentes tóxicos. En esta categoría se encuentran también los EPIs destinados a evitar caídas desde alturas y los que protegen al usuario de riesgos eléctricos y alta tensión.
Para que un EPI sea seguro debe cumplir con la normativa vigente, tener unas condiciones mínimas y un mantenimiento adecuado.
Tipos de EPIs según el tipo de protección
- Parciales: destinados a proteger frente a riesgos localizados en zonas o partes del cuerpo específicas (p.e.- cascos, botas, guantes, etc.).
- Integrales: protegen frente a riesgos cuya actuación no tiene una localización específica (p.e.- ropas ignífugas, cinturones de seguridad, etc.).
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